Introducción

Resumen

Al tratar de miedos, fobias y obsesiones en este V Congreso, nos ocupamos de un área im­portante de las llamadas clásica y esquemáticamente neurosis, dejando solamente la histeria fuera de nuestro objetivo. Durante más de doscientos años la Medicina y la Psiquiatría clínica intentaron establecer un conjunto de entidades básicas, al principio polarizadas entre lo orgánico y lo funcional, lo exógeno y lo endógeno, lo primario y lo secundario, lo ambiental y lo heredobiológico, lo somatógeno y lo psicógeno, lo extrapsíquico y lo intrapsíquico, etc., que sedimentaron en la primera mitad de nuestro siglo en un orden más «trialista», en el sentido de Eccles y Popper, al ubicar en sus clasificaciones entre los trastornos mentales orgánicos y los neuróticos, los psicóticos de etiopatogenia conocida, o por conocer, volviendo, sin embargo, en las últimas décadas al esquema antinómico, que en el caso de la ansiedad y de la angustia se resume en la división de la misma en «endógena» y «exógena», con sus implicaciones diagnósticas, pronósticas y terapéuticas.

A partir de 1980 y con la publicación del D.S.M. 111, la palabra neurosis desaparece de gran número de diagnósticos para ser sustituida, en lo que a nosotros nos ocupa, fundamentalmente, por un término: trastorno por ansiedad, fóbico, obsesivo, etc., lo que conlleva un cambio también en los conceptos etiológicos y etiopatogénicos, cambio que por su interés merece que, en el manual de dicha clasificación, se explique el mismo: «Se trata de cuadros clásicos que descriptivamente corresponden a las neurosis, aunque sin prejuzgar etiología ni patogenia».